“Quid, de quoque viro ei cui dicas, saepe videto”.
Mira con frecuencia
de quién hablas y a quien le hablas.
B. Jarnés, Ejercicios, XXXVI.
“Tamen dificile dictu est, quantopere conciliet
animos comitas affibilitasque sermonis”.
No se puede encarecer bastante
cuánto sirve para ganar los ánimos
la cortesía y la afabilidad en la conversación.
Marco Tulio Cicerón,
De Officiis, Lib. II, cap. XIV, sec. 48
“Habeo senectuti magnam gtratiam,
quae mihi sermonis aviditatem auxit”.
Doy gracias a la edad senil,
que ha aumentado en mi el deseo de conversar.
Marco Tulio Cicerón, De Senectute, 14.
“Estote ergo prudentes sicut serpentes,
et simplices sicut columbae”.
Sed prudentes como las serpientes
y sencillos como las palomas”.
San Mateo, Evangelio, Cap. X, v, 16.
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